viernes, 12 de noviembre de 2010

COMER ES UN PLACER

La naturaleza para asegurarse la conservación de las criaturas colmó de placer las dos actividades que mas influye en ella: La comida y el sexo, ambas han de ser ejercidas con placer para realizar su fin con la mayor eficacia posible. Hablemos de comida...

Cocinar y comer deben hacerse de forma placentera. Unos alimentos elaborados con alegría se cargan de energía extra, estrán mas sabrosos y su presentación será mas bella.
Deben emplearse en ello los seis sentidos, sí seis y no cinco:
-La intuición para elegir los alimentos que necesitamos tomar.
-La vista para elegir los mas sanos y bellos y para apreciar, una vez presentados esa obra de arte.
-El olfato para estimular al cerebro a que ponga en marcha su quimica mágica y fabrique los neurotransmisores del placer como las endorfinas. A veces solo con el olor comenzamos a salivar "Se me hace la boca agua" preparandonos para ayudar a la digestión de los alimentos que vamos a comer.
-El gusto, imprescindible para estimular a todo el organismo en su conjunto, cada célula ya sabe que van a recibir su premio por cumplir con su trabajo, el suministro de nutrientes para que sigan haciéndolo con alegría y eficacia. Ellas obtienen lo que necesita, se sienten bien y hacen que tú te sientas bien.
El cerebro codifica los sabores para que en caso de necesitar unos nutrientes determinados, traerte el recuerdo y el deseo de ingerirlos, de aquí surgen los antojos.
-El oido, ese chup-chup o el crepitat al cocinarlos y ese ñam-ñam al comerlos...
-El tacto, con él tomamos el primer contacto con los alimentos, nos permite apreciar su tectura, su suavidad, su turgencia...el la boca, junto con las papilas gustativas, desencadenan un carrousel de sensaciones: fresco, calido, suave, crujiente, líquido, granular, duro, tierno...

En una sola comida la frenética actividad que los sentidos provocan en el cuerpo, mente y espíritu es la base de la calidad de vida que nos estamos proporcionando. Estamos suministrando el combustible para obtener la energía física, los elementos que nos mantendrán el estado de ánimo y los que se encargarán de reparar y sanar nuestros tejidos: Somos lo que comemos.

Llegados a este punto creo que ya no necesitamos mas argumentos para decidir que nuestras comidas tienen que hacerse con adecuadas  dosis de placer. tampoco se trata de darse a la gula, los excesos del cualquier tipo invierte los efectos, son perjudiciales.

Unas de mis máximas, tambien en la alimentación es "prohibido prohibir".
En muchos casos prohibirte comer un alimento que te apetece con frenesí puede causarte mas deño que darte el gusto de probar un poco, si te han recomendado que no lo tomes. En este caso asegurate que tomar un poquito de lo prohibido te va a desencadenar tal sensación de placer que compense el pecadillo.
De todas formas, el cerebro, el gran superviviente sabe en todo momento que te va a sentar bien o mal. Si te han informado bien del porqué se te restringe un alimento y del efecto negativo que puede producir en tu cuerpo raramente te va a apetecer tomarlo, basta saber que cuando hemos enfermado una vez por comer algo, casi siempre lo aborrecemos solo con recordarlo... Nadie debe querer enfermar.

Existen cientos de tópicos de lo que es bueno o malo comer. No todos son ciertos, cada persona con su organismo es un universo diferente. La clave está en conocerse, tener en cuenta las circunstancias de cada uno y actuar en consecuencia.
En resumen para que tu comida sea tu medicina, has de hacerla y/o tomarla con placer en el momento y que no se te convierta en un disgusto después.
Buen provecho te desea:
Numahuit

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